¡Vamos a la playa!

Este fin de semana pasado ha sido más largo por los habitantes de Granollers, puesto que el viernes era festivo. Aprovechando que todo el mundo trabajaba y no había mucha gente decidimos ir a la playa. No os imagináis todo el que implica ir a la playa con un niño pequeño. Parecía que nos íbamos de viaje un par o tres de semanas… 

¿Que hace falta para ir a la playa? 

Partiendo de que era la primera vez que íbamos a la playa fue todo una odisea. No teníamos nada: ni sombrilla ni juguetes por el niño… Ni siquiera toalla, pero esto lo solucionamos rápidamente cogiendo una de publicidad que teníamos por casa. En verano ya le compraremos alguna con dibujos divertidos. 
Dirección a la playa paramos a un Bazar Chino de Mataró a comprar la sombrilla (muy grande y de color azul) y todos los juguetes pertinentes para ir a jugar con la arena: un cubo, una pala, un rastrillo, unos muñecos para poner arena y un camión para arrastrar sobre la arena. 
Seguro que los próximos golpes que vamos tendremos que traer otras cosas que no hemos pensado todavía. 

¿Que tal lo vivió Ïu? 

Ir a la playa con Ïu fue todo un reto, puesto que últimamente el tiempo no acompaña nada! 
Llegamos y hacía un viento horrible! Así que la sombrilla era imposible poner y demasiado arriesgado para el viento que hacía… Unté el niño de crema y una gorra y ojeras de solo y decidimos que estaríamos poco rato por el tema del solo. Pensad que íbamos con pantalones largos y manga larga. 
Cuando Ïu llegó estaba muy emocionado, pero no por la arena sino por los juguetes. Las cogió y empezó a hacer ruido con ellos. Cogimos un poquito de arena y le dejamos tocar, puesto que él no osaba poner la mano sobre la arena. La tocó con un dedo y después con varios. Muy suavemente. Y al final decidió que le daba miedo y no quiso tocarla más y cuando le acercábamos la arena se echaba a llorar. Así que para ser la primera vez decidimos no forzarlo más y que siegues jugando. 
La emoción de ir a la playa fue interesante para nosotros puesto que después hizo una siesta de 3 horas. 
Ahora sólo queda esperar el próximo día para ver que tal la nueva experiencia con la playa y el mar. Tengo que decir que el mar ni se lo miró.

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