La experiencia de hacer una prueba de contrastes a un bebé de 9 meses

Alguer, nuestro hijo pequeño de 9 meses acabados de hacer, tiene muchas
regurgitaciones desde que nació. Nosotros siempre hemos hecho LA y desde los 2 meses la leche era AR o AR plus. El caso es que él seguía regurgitando. La pediatra nos hizo probar una leche sin proteína de la vaca y tampoco funcionaba. Incluso algunos días sacaba toda la comida o merienda.

Cansados de la situación y viendo que Alguer no mejoraba (podía llegar a regurgitar habiendo pasado 4 o 5 horas de la comida (o justo después) o sacar hasta 50 o 60 veces en el día con más y menos cantidades), decidimos ir a visitar a un digestólogo pediátrico para que se lo mirara y quedarnos más tranquilos. A pesar que de peso siempre ha ido aumentando (está a percentil 25).

La digestóloga nos recetó omeprazol y una prueba de contrastes para descartar complicaciones durante la digestión. Estaba convencida que sería una prueba sencilla para un niño tan pequeño. Pero no fue así. Y suerte de los profesionales que en todo momento fueron muy respetuosos y amables con nosotros y con Alguer.

A la prueba, el bebé (menor 12 m) tiene que ir con 4 horas de dejú y solo pudiendo beber agua de vez en cuando y muy poca cantidad. A la prueba tienen que acudir 2 adultos (si el niño es menor de 4 años). Y creedme que es muy necesario dos adultos.

Llegamos al HGC que es donde le hacían. Allá tuvimos que esperar 1 h y media. Imaginaros con un niño de 9 meses hambriento y con unas ganas locas de gatear… Los médicos nos comentaron que nunca pueden prever cuánto tardará un niño y que hay que en 10 minutos lo tienen hecho y otros que con 1 h y media.

Cuando entramos hicieron desnudar el pequeño y nos vistieron a nosotros para protegernos de los rayos ultra violetas. En un primer momento entré solo yo. Alguer le prepararon un biberón con un producto químico para hacer el contraste. Supuestamente de fresa… Los primeros 100 ml muy bien porqué se lo comió y con la postura que nos pedían, pero después todo fue a peor. Alguer dijo que no quería más que a él esto no le gustaba. Avisaron al padre porque me ayudase a sujetar el niño mientras le hacían las radiografías e íbamos parando muy a menudo para calmar Alguer e intentar darle más biberón con la fórmula. Estuvimos una hora u hora y media.
Al final de la prueba lloraba tanto que nada lo calmaba, a excepción de tenerlo yo cogido a cuestas y abrazándolo en el mismo momento. Lo vestí entre llantos y al salir le dimos un biberón con su leche y durmió durante 4 horas (hasta que lo despertamos).
Personalmente, pienso que tuvimos unos grandes profesionales a nuestro lado. Supieron respetar el ritmo del niño y parar cada vez que era necesario. Yo acabé llena de líquido químico por toda la ropa y física y psíquicamente muy cansada. Ver el niño llorar así no fue nada fácil.
Por cierto, la prueba salió muy bien! Y lo omeprazol le ha ido muy bien, notamos mucha mejora.

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