Cómo cambia la vida cuando tienes hijos

Ser padres marca un antes y uno después. Traer un hijo al mundo hace que la vida en pareja nunca sea el mismo. La rutina, las prioridades, las salidas o excursiones cambian radicalmente. Pero la cosa que más cambia es la vida en pareja de los dos, de manera impresionante e inesperada.

Cuando estaba embarazada era consciente que nuestra vida cambiaría, pero cuando nació Ïu fue cuando realmente me encontré. Sin darnos cuenta dejamos atrás nuestros pasatiempos, nuestras aficiones y sobre todo el que más nos gustaba: los juegos de mesa! Y dimos la bienvenida al recién llegado. Y sin quererlo redefinimos el concepto de diversión.

Ahora que ya hace meses que soy madre me doy cuenta que dejamos de pensar en nosatres dos y en un mismo para enfocarnos al Ïu y así formar nuestra (estimada) familia.

En este tabla os quiero explicar como lo hemos hecho nosotros para continuar disfrutando de la vida en pareja a pesar de tener un hijo. Estoy segura que si eres madre te sientes el 100% identificada.

NUESTRA VIDA ANTES DE QUE NEIXÉS ÏU

La vida en pareja sin nuestro hijo era diferente. El tiempo libre lo dedicábamos completamente a nosotros y podíamos hacer y deshacer como nos parecía.

Cómo toda pareja aprendíamos a enfrentar los retos que iban apareciendo a la nuestro relación. E intentábamos romper la rutina yendo al cine, a tomar algo, a cenar, hacíamos salidas de fin de semana, etc. Y sobre todo aprovechábamos para jugar a juegos de mesa puesto que nos encantan!

NUESTRA VIDA DESPUÉS DE QUE NACIERA ÏU

Con la llegada del pequeño nuestras vidas cambiaron radicalmente, tal y como os he comentado anteriormente. De repente, nuestra máxima prioridad ya no éramos nosotros sino nuestro bebé.

Como padres, hemos pasado de depender de nuestras necesidades a la de nuestro pequeño. Nuestras conversaciones han cambiado totalmente y ahora hablamos de la hambre, las caques y los simpáticos ruidos que hace el Ïu.

Hacer planes, salir de casa, ir a hacer la compra, etc. Costa mucho más del que nos imaginábamos. Y las excursiones y restaurantes donde vamos tienen que ser aptos por cochecitos de bebés.

Las aficiones también nos han cambiado. Yo personalmente detestaba la música. Ahora, hago música con mi hijo y me gusta tanto que el día que toca música se convierte en el mejor día de la semana.

LA VIDA DE PAREJA CAMBIA

Llegar a casa es diferente. Antes salíamos cansados de trabajar y nos estirábamos al sofá hasta la hora de la cena o íbamos a hacer un vuelo tranquilamente. Ahora cuando llegamos a casa me de sacarnos el cansancio y coger fuerzas para hacer centenares de lavadoras, lavaplatos, «papilles» de verdura y fruta y también salir a paseo.

LOS FINES DE SEMANA CON UN BEBÉ

Los fines de semana han cambiado radicalmente su ritmo. Las 11 de la noche se han vuelto las dos de la madrugada de hace unos meses atrás. Y las mañanas empiezan con el MIC de Tv3 (a las 7.30 de la mañana aprox.).

Nosotros seguimos aprovechar los fines de semana para romper la rutina e ir arriba y abajo con el pequeño. Hemos tocado nieve, hemos visto el mar a pleno enero o febrero, me ido a museos y laberintos siempre con el pequeño. A pesar de que, muchas veces vamos tarde a los lugares por las mil y una cosas que tenemos que coger.

Los fines de semana y los días de cada día se han vuelto pleno de canciones infantiles que ayudan el niño a calmarse cuando hace falta. Y siempre alegre los ratos muertos. Los juegos también han pasado a formar parte de nuestros fines de semana y es el momento en que Albert y Ïu se pueden ver más horas y jugar y cantar más.  

EL VALOR DE LA FAMILIA

Cuando de dos se pasa a ser 3 la forma de ver y vivir los días cambia considerablemente. El día de la madre, el padre se vuelven importantes y con gran valor (sobre todo la primera vez) y las celebraciones adquieren otro matiz.

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