Cuando los padres estamos enfermos y los hijos no

Hoy os quería hacer un tabla sobre el fin de semana rural con amigos, puesto que era el primer golpe que íbamos toda una pandilla a pasar un fin de semana y también el primer golpe en que venían nuestros hijos: el Ïu de case 9 meses y otro niño de 6.

Pero de un fin de semana divertido y con buena compañía, viviendo la experiencia de ser padres, hemos pasado a un fin de semana accidentado. Os lo explicaré y también os explicaré el que me hecho.

Sábado, toda la pandilla decidimos ir a hacer una vuelta antes de volver y hacer la cena. Fuimos a pasear por l’Ametlla de Mar, puesto que estábamos en una casa Rural cerca. Después de pasear un buen rato decidimos ir a hacer unas tapetes, puesto que los dos niños estaban aguantando bastante bien. Así que fuimos a un bar que se llama LA COA y nos pedimos dos tapas: mejillones y calamarsons (que por cierto, eran carísimas!)

Todo iba perfecto, llegamos a la casa y pusimos a dormir los niños. Y después cenamos. Pero todavía no habíamos acabado todos vamos empezar a sentir el estomago revuelto y hay quién empezó a tener náuseas. Así que ya os podéis imaginar la noche que pasamos todos juntos. Y mientras los niños durmiendo. A partir de las 6 de la mañana, todo parecía que se iba calmando y a las 7 la Ïu ya reclamaba su biberón y jugar. Imaginaos nosotros dos que no habíamos dormido nada y el niño que reclamaba atención.

Bajamos el niño y yo nos pusimos a jugar mientras Albert, su padre, se acaba de arreglar. Y poco a poco, todos los compañeros fueron saliente de las habitaciones correspondientes y todos ellos con cara de no poder más. A las 8 y poco de la mañana el panorama de todos nosotros eran nefasto y para acabar de rematar nos quedamos sin papel de váter, teniendo que coger servilletas de papel.
Entonces, como nos lo hicimos con el niño?

Afortunadamente, éramos bastantes y siempre había algún momento en que alguien se encontraba bien. Entonces cuando Albert y yo estábamos al lavabo o no nos encontrábamos bien alguien se ocupaba de él y también del otro niño.

El problema era que cada vez que íbamos al lavabo nos encontrábamos peor, más débiles. Borde las 3 cuando estábamos algo mejor decidimos volver hacia casa (2h de coche aproximadamente). El retorno se nos hizo muy dura. Así que cuando estábamos llegando decidimos trucar a nuestros padres por si podíamos dejar un rato el niño mientras nosotros íbamos a casa a descansar.

Nos fue muy bien descansar un rato y a las 8 lo fuimos a buscar y justo lo pusimos a dormir. Tenemos suerte que la Ïu se un niño que se duerme enseguida así que pusimos volver a ponernos a la cama hasta la mañana.

Cómo nos sentimos?

Sinceramente, ser padre y no encontrarte bien se mucho llevar. Está tan débil que no puedes ni coger tu hijo se una cosa que cuesta. El hecho de tener el apoyo de los padres nos ha ido muy bien para recuperarnos un poco y así pronto poder estar al 100%.

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